Iliaris A. Avilés-Ortiz
Departamento de Humanidades
Recinto Universitario de Mayagüez
[blockquote align=»left» author=»-Byung-Chul Han, La agonía del Eros, p. 87.»]
“Ante la proliferante masa de información y datos, hoy las teorías son más necesarias que nunca. Impiden que las cosas se mezclen y proliferen. Y de este modo reducen la entropía. La teoría aclara el mundo antes de explicarlo.”
[/blockquote]
Lecturas (no tan) accidentales
Seamos honestos: la historia que se enseña en nuestras escuelas no supera la bucólica versión del taíno jugando en su batey, el africano esclavizado de sus múltiples vicisitudes y penurias, y el blanco conquistando y colonizando medio planeta. Toda una caricatura que reproducimos cada noviembre en las malogradas “Noches de la puertorriqueñidad”. Si hay suerte y tiempo en la escuela, del relato de las «tres razas», damos un salto cuántico a la emblemática fecha de 1898 que inaugura un intrincado siglo XX, donde se pierde el ritmo de lo que sucede. Es lo que aprendí en los noventa y comienzos del presente siglo (1998-2007), cuando aún vagaba sobre nosotros el espíritu de Víctor Fajardo. Es lo que aprendí tanto en el sistema público como privado de enseñanza de la colonia. Sí, soy millennial y hablaré como tal, pues no quiero que esta reseña pase como un mero escrito de carácter académico, sino como una honesta invitación a leer y pensar. Claro, ya sé que al autor que me propongo a reseñar prefiere poner en paréntesis todo aquello que tenga que ver con las manías o eslóganes generacionales que nos dividen para darle el paso al diálogo constructivo y desvelador, como pretendía Ortega y Gasset en El tema de nuestro tiempo.
A los 13 años, mi padre me había regalado el libro de historia de Puerto Rico de Francisco Scarano al que apenas hice caso hasta cumplidos los 20 años, sola y lejos de casa. En Madrid, me hicieron (sí, con carácter de ineludible acato) volver la mirada hacia Puerto Rico, su historia y, por supuesto, a aquel libro que había recibido en unas navidades muchos años atrás y que hoy se encuentra lleno de anotaciones y tachaduras. Con él, comencé a conocernos.
Conocí a Fray Íñigo Abbad y Lasierra (1745-1813) mientras investigaba para una monografía que debía entregar para un curso de maestría titulado Pensamiento geográfico español (whatever that means!). Tendríamos que hablar de los discursos en torno al determinismo geográfico y Fray Íñigo se mostró como fuente de un relato interesante, pero rebosante de estereotipos y comentarios sesgados por una visión racista, paternalista y eurocéntrica sobre lo que vio y vivió en su estancia en Puerto Rico durante la década de 1780. Me divertí leyéndolo, no lo niego. Podía encontrar alguna relación entre la narración de Abbad y Lasierra y autores como Francis Willoughby en A Relation of a Voyage Made Through Spain (1673) o los diarios de Alexander von Humbdolt (recopilados entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX) que tuve que leer para el mentado curso. Mientras leía a Fray Íñigo no dejaba de pensar en los textos de religiosos y políticos protestantes que utilizaban una narrativa similar cuando se referían a los pueblos del mediodía europeo o a los de origen ibérico alimentando—a su vez—la «Leyenda Negra».
Luego, vinieron otras lecturas y relatos. Dejé al fraile español en el olvido hasta hace unos meses cuando cayó en mis manos El laberinto de los indóciles. Estudios sobre historiografía puertorriqueña del siglo 19 del profesor Mario R. Cancel Sepúlveda, publicado a finales del 2021 por Editora Educación Emergente. De la pluma de Cancel había leído ensayos y algunas de sus bitácoras en-línea. Este siempre ha sido un referente en muchos de mis trabajos sobre el devenir del pensamiento puertorriqueño. Entiendo que la filosofía no puede desgajarse de la historia y la literatura que la alimentan (recordando también que las segundas, a su vez, se alimentan de la primera). Y esto queda muy claro en la obra del profesor de Hormigueros.
Ahora bien, en el texto que nos ocupa—El laberinto de los indóciles—Cancel nos presenta una metahistoria. Es decir, un análisis historiográfico de la historia política del siglo XIX puertorriqueño que puede, muy bien, leerse aderezada de otros textos publicados por el mismo autor en Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura y, sobre todo, aquellos publicados en 80 grados a lo largo del 2020 y 2021, donde presenta sus reflexiones sobre la crisis y pertinencia de la historiografía en el presente siglo.
En arroz y habichuelas, ¿qué es eso de la metahistoria? ¿Por qué nos concierne?
Vivimos en un mundo lleno de datos. Cuando dicto algún curso de historia de la filosofía los estudiantes se preocupan mucho por las fechas. Les encanta escribir datos, pero no (re)pensarlos, ni interpretarlos. Por eso, los exámenes les toman por sorpresa. No hay duda de que los datos son importantes; sin embargo, muchas veces no nos damos cuenta de que esos datos son aprehendidos, sentidos, analizados y abstraídos en un relato interno que nos hacemos sobre el mundo y la realidad en la que estamos inmersos. Esos datos los tomamos de los acontecimientos, de nuestras observaciones sobre el mundo que nos rodea, de nuestros estados anímicos, de la literatura, de la cultura popular y demás manifestaciones del ser humano. De ahí, comenzamos a narrar y, por consiguiente, darle sentido y coherencia al mundo. Como homo narrans, nos alimentamos del relato.
En Sobre la historia (2007), el filósofo francés de origen polaco, Krzysztof Pomian, arguye que la historia como llega a nosotros se encuentra vinculada a un problema epistemológico; entiéndase, al problema del qué y cómo podemos conocer. Los libros de historia, los ensayos, la poesía, las novelas y el resto de las manifestaciones literarias nos regalan una interpretación del mundo, una narración que nace y se alimenta del sujeto que escribe, de sus condiciones materiales y experiencias. Cuando leemos libros de historia, ensayos o novelas, estamos heredando y reproduciendo categorías epistémicas, políticas y éticas con las que evaluamos el mundo. Sin embargo, corresponde al historiador desvelar lo que hay detrás de esos relatos que asumimos como ciertos. Por esta razón, se dice que aquel especialista que se interesa por realizar estudios historiográficos lo que escribe es una historia de la historia o una metahistoria: disecciona el constructo cognitivo-existencial de quienes nos precedieron. En otras palabras, la historiografía estudia cómo los historiadores (académicos o no) han leído el pasado y cómo ese pasado ha llegado a nosotros en forma de discurso.
Precisamente, eso es lo que hace Mario Cancel en su libro: contestar qué visiones de mundo, sociales, estéticas, morales y políticas han alimentado la construcción del relato histórico ideológico-político del Puerto Rico decimonónico, cómo estas se han ido arrastrando y extrapolando hasta el presente (y cómo afectan nuestro incierto panorama político actual). De ahí, el guiño que hace el autor al sempiterno debate literario e intelectual puertorriqueño en el título: la mención a la (in)docilidad del boricua. ¿Es el puertorriqueño dócil o indócil? Pero, ante todo, ¿cómo se ve y qué quiere este? La respuesta nos lleva, irremediablemente, por un intrincado laberinto.
Un laberíntico objeto de estudio
El objetivo o fin de Cancel es claro, aunque el objeto de estudio no lo sea, como él mismo reconocerá a lo largo del ensayo. El historiador y profesor del Recinto Universitario de Mayagüez pretende analizar cómo ha ido evolucionando desde el siglo XIX la retórica en torno a nuestro pasado colectivo y cómo esta nos ha llevado a un contradictorio, conflictivo e incierto presente. Para lograrlo, el autor desmenuzará los discursos esgrimidos desde los extremos del espectro político del país: el integrismo y el separatismo en el siglo XIX, y el estadoísmo e independentismo en el siglo XX. Estos binomios ideológicos serán analizados desde la discursividad de los diversos “yo”-colectivos y la alteridad constituida por los poderes imperialistas coloniales que nos han poseído (España y Estados Unidos). ¿Pueden estas visiones tan complejas, como contradictorias y diversas, ayudarnos a escribir una nueva historia política? Cancel se lo cuestiona; sin embargo, adelanto que este será parco sobre el porvenir y nos advertirá que entender nuestro pasado histórico con los ojos del presente (y con la esperanza de tener más luces de cara el futuro) puede resultar ambiguo y hasta contraproducente.
Las fuentes de las que se alimenta Cancel son variadas: cartas, ensayos, cortes de periódico, memorias, testimonios, novelas, artículos, ponencias y demás. Con estas, crea un marco teórico-interpretativo para evaluar la intrincada historia de Puerto Rico y legarnos una especie de “tesauro” con el que entender el devenir ideológico del país y cómo este se trastocó tras la emblemática fecha de 1898. El autor tampoco pierde de vista que el siglo XIX es clave para la construcción de los relatos históricos nacionales tanto en América como Europa y su análisis nos mantendrá en saludable contexto para entender mejor lo que dijeron y pensaron nuestros escritores y pensadores en su momento.
La memoria histórica y el poder
La reflexión historiográfica de Cancel se alimenta—principalmente—de tres figuras dispares: Fray Íñigo Abad y Lasierra, Alejandro Tapia y Rivera y Ramón Emeterio Betances. Los discursos, las lecturas y las respuestas generados por estos en relación con los centros de poder nos ayudan a desplazarnos por las encontradas visiones del panorama político decimonónico: qué se apropió, qué se desdeñó y cómo estos discursos generaron una marca ideológica que incide en nuestra lectura del pasado y en la construcción de un relato identitario (sin mencionar el ponernos de acuerdo para la construcción de un proyecto de país).
Cancel no se limita a los autores mencionados, sino que su propuesta la robustece con otros personajes menos canónicos para probarnos cómo los discursos y narraciones se convierten en dispositivos o instrumentos de y por el poder. De esta manera, el autor presenta cómo la concepción de la historia (oficial) y de la memoria histórica es ideológica y, por tanto, maleable, dinámica, pero también peligrosa si no se maneja con cuidado. Es decir, los relatos históricos presentados en la obra del historiador hormiguereño son en todo el sentido de la palabra políticos: gestan y manejan el poder, pues también emanan de él, de los privilegios de clase y aspiraciones de quiénes los enunciaron sin importar su ubicación dentro del espectro político local decimonónico.
Un aspecto interesante del texto de Cancel lo podemos encontrar en los primeros epígrafes en los que este elabora sobre Abbad y Lasierra. En Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico (1788), texto fundacional de nuestra historiografía y redactado bajo el calor de la Ilustración europea, Abbad y Lasierra marca la alteridad como eje discursivo en la construcción del relato histórico insular (y también como punto de partida para la concepción de una identidad). Cancel, muy asertivamente, nos señala el “yo”-europeo enunciado por el fraile benedictino versus la alteridad del insular que está siendo enunciada por este a través de su mirada y descripción de “lo distinto”. A nuestro entender, esta disyunción—más adelante—se presentará como la fisura que alimentará de forma constante el uso del discurso en torno a la hispanidad que Cancel identifica como punto de encuentro entre los diversos relatos ideológicos del país. La relación con el otro es una munición, una herramienta-arma de poder: amor y odio. No hay duda de que los discursos hispanófilos (amor) e hispanofóbicos (odio) profesados por nuestros prohombres y esgrimidos en momentos bien concretos de nuestra historia encuentran su origen en esa relación con el otro que nos define, posee y que vemos explicitado en la obra del fraile español.
Teseo en el laberinto: contribuciones
Más allá de los datos, Cancel nos hace entender cómo las narraciones históricas son instrumentos ideológicos (desde los sujetos ubicados en un espacio y tiempo condicionado por estructuras ambientales, materiales y sociales) que surten efecto en el devenir de los acontecimientos (en los hechos, lo que pasó). Por tanto y como lo hace sutilmente en “¿Qué pasa en la historiografía? Después del Giro Cultural, ¿qué?” (2021), Cancel se ubica contra las teorías historiográficas que reducen las narraciones históricas a meras estructuras biológicas (perspectiva esgrimida por Alex Rosenberg) y reafirma que los conocimientos históricos también se alimentan de dinámicas sociales que pueden ser contradictorias.
A lo largo de su exposición diádica-dialéctica, Cancel realiza una revisión histórica de los acontecimientos emblemáticos del siglo XIX puertorriqueño. Nos invita a pensar históricamente, concretamente, a ponernos nuevos lentes para leer y entender las reacciones ante el Grito de Lares (1868), la abolición de la esclavitud (1873), la concesión de la Carta Autonómica (1897) y el cambio de soberanía (1898). Igualmente, con el ensayo podemos entender mucho mejor cómo y porqué el discurso separatista en el siglo XIX e independentista en el pasado siglo XX han tenido dificultades para cuajar y prevalecer.
Se agradece que el texto exponga sin sesgos románticos las posturas reformistas, autonomistas y separatistas que conforman nuestro pasado. Sobre todo, se agradece que el texto se distancie del acostumbrado relato metrocentrista y canónico, y le dedique epígrafes completos a pensadores del oeste pobremente trabajados como los hermanos José Marcial y José Mariano Quiñones. Igualmente, nos parece enriquecedor que el autor—desde su experiencia y conocimientos—señale nuevos enfoques y áreas dignas de estudiar a fondo como son la obra de Elzaburu y el Betances emprendedor.
Otra virtud del ensayo es su diafanidad. El texto es fluido, como si se conversara con el autor, quien conoce el tema y sabe bien lo que va a escribir y cuál es su intención. De esta manera, no nos perdemos en el laberinto, sino que la prosa de Cancel surte el mismo efecto que el hilo regalado por Ariadna a Teseo. Cancel nos lleva por los recovecos de aquellos que escribieron nuestra historia siempre teniendo presente que estos relatos no corresponden al Volksgeist o espíritu del pueblo, sino al de las élites ilustradas de nuestra tierra. El autor, igualmente, es cuidadoso con la semántica, el uso y significación de las palabras en el tiempo y su polisemia. De esta manera, también nos invita a poner en paréntesis las propias nociones de libertad y progreso.
Sin duda, El laberinto de los indóciles contribuye significativamente al estudio historiográfico del país y refresca el panorama, invitándonos a nuevas lecturas y metodologías. Alimenta el espíritu crítico y el deseo de verdad que mueve al historiador, al científico social y al filósofo. Sería adecuada e interesante ver una continuación que realice el mismo ejercicio con la historiografía del siglo XX (del cual el autor ha escrito tendido) y, sobre todo, del siglo XXI; que evalúe y piense lo que se escribe. Sabemos que la tarea es ardua, pero la esperamos.
Nos parece que el ensayo que nos lega Cancel es de consulta necesaria para todo aquel interesado en la historia, pensamiento y literatura de nuestro país, ya que no solo nos hace bajar del pedestal a los personajes que escribieron la historia que vivimos y padecemos, sino que nos hace conscientes de que los relatos—reales o no—construyen realidades tan pesadas como muros infranqueables. Cancel nos da la lección con pelos y señales: los libros de historia cambian según el relator. Ahora nos corresponde ser críticos y leer por igual, y con pinzas, a vencedores y vencidos.
***Nota de: CANCEL SEPÚLVEDA, Mario. El laberinto de los indóciles. Estudios sobre historiografía puertorriqueña del siglo 19, Cabo Rojo, Editora Educación Emergente, 2021, 148 pp.***
Referencias
ABBAD y LASIERRA, I. (1788) Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico. Isabel Gutiérrez del Arroyo, ed. (1979). Río Piedras: Editorial Universitaria.
CANCEL SEPÚLVEDA, M. (2021). “¿Qué pasa en la historiografía? Después del Giro Cultural, ¿qué?”, 80 grados, URL: https://www.80grados.net/que-pasa-en-la-historiografia-despues-del-giro-cultural-que/
_____. (2020). “¿Qué pasa en la historiografía puertorriqueña? Retornos…”. URL: https://www.80grados.net/que-pasa-en-la-historiografia-puertorriquena-retornos/
_____. (2011). ¿Qué pasa en la historiografía puertorriqueña?”. URL: https://www.80grados.net/%C2%BFque-pasa-en-la-historiografia-puertorriquena/
_____Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura. URL: https://puertoricoentresiglos.wordpress.com/
HAN, B.C. (2020). La agonía del eros. Barcelona: Herder.
POMIAN, K. (2007). Sobre la historia. España: Cátedra.
Iliaris Alejandra Avilés-Ortiz es Catedrática Auxiliar en el Programa de Filosofía del Departamento de Humanidades del Recinto Universitario de Mayagüez, donde enseña los cursos de Historia de la Filosofía y Estética. Cursó sus estudios de posgrado en la Universidad Autónoma de Madrid, especializándose en el pensamiento de los filósofos exiliados tras la Guerra Civil Española. Cuenta con artículos publicados en revistas arbitradas en México, España, Estados Unidos y Puerto Rico.
1 comment
[…] Iliaris A. Avilés-Ortiz (Octubre 2022) “Una cruz y un laberinto: una metahistoria de nuestra historia decimonónica. Apuntes sobre El laberinto de los indóciles de Mario Cancel” en Revista Siglo 22. URL: https://sigloxx22.org/2022/10/27/una-cruz-y-un-laberinto-una-metahistoria-de-nuestra-historia-decimo… […]