NOTA: Ponencia presentada en el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras en 2019 en torno al volumen Fernando Picó (2019) Ensayos en torno a la Historia y otros temas. San Juan: Centro de Investigaciones Históricas.
Primero, muchas gracias por la invitación para comentar esta recopilación de 21 ensayos de la autoría de Fernando Picó. Los escritos abordan temas variados que demuestran una vez más sus múltiples intereses. Algunos, son ponencias inéditas y con la excepción de dos que dictó entre 1996 y 1997, los demás ensayos datan del 2006 hasta el 2016.
No me ha sido fácil olvidar que una de las experiencias académicas más retantes, y a la vez inacabada, que he tenido en la universidad, fue cuando me dispuse a diseñar en el 2019, dos años después de fallecer Fernando, un curso graduado titulado, “A través del tiempo: La historiografía de Fernando Picó”. Lo digo, ya que en el proceso de seguir incorporando fuentes en la ya amplia recopilación bibliográfica que tenía identificada, incluyendo una que se había hecho en Utuado en 1998, me di cuenta (mientras miraba su retrato) en lo que me había metido.
Supe que era imposible hablar sobre la historiografía de Fernando en un solo curso y que eso requeriría los diseños de cursos adicionales. Por eso, terminé formulando el mismo solo bajo algunas áreas temáticas que él había desarrollado e incorporé a la vez para la discusión los pocosanálisis sobre su historiografía que habían difundido otros académicos.
La búsqueda compulsiva de sus escritos comenzó a desplazarse por lugares que no conocía y tuve que mandar a buscar ensayos en las bibliotecas de universidades del exterior. Me refiero, entre otros, a escritos de su época universitaria en Estados Unidos como uno titulado “The New Left and the electoral College” publicado en marzo de 1969 antes de doctorarse de la Universidad de Johns Hopkins. (1)
>Mas, uno de los escritos que más me impactó fue el titulado “Time to Go Home”, publicado en la revista América en enero de 1972. Esto fue poco antes de comenzar ese mismo año a enseñar historia de Europa en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
De hecho, también en ese mismo año lo ordenaron sacerdote jesuita en Río Piedras. En el ensayo hace un recuento de su estadía educativa y religiosa en Estados Unidos. Picó revela los cuestionamientos que le iban surgiendo a ciertas políticas y costumbres de ese país y expone sus miradas alternas hacia los movimientos pacifistas y ambientales. El ensayo es una especie de desahogo, de dejar claro sus puntos. Y entre otras cosas, además de la nostalgia que sentía y que se notaba que crecía por su país, me impactó cuando señalaba que asuntos como la sangrienta masacre de más de 350 personas desarmadas, incluyendo niños, en Vietnam del Sur conocida como My Lai (MI LAI) y cuyos autores fueron tropas estadounidenses, como él bien decía, lo atormentaba. Con convicción expuso que, “Ya había llegado la hora” de partir y ejercer la profesión en su país.
El libro por discutirse está dividido en dos partes que llevan a los lectores por temáticas que él expuso ubicadas desde el siglo XVI al XXI. En los ensayos, podemos identificar una serie de compromisos explícitos del autor con la investigación histórica, con la búsqueda de la paz social, sus críticas hacia la violencia y la necesidad de ampliar los servicios educativos a los sectores confinados.
La primera parte, como vemos en la siguiente tabla, contiene 13 escritos que se extraen de un listado de 18 que él había identificado con el fin de publicar un libro de ensayos. En el momento de la publicación hubo cinco que no estuvieron disponibles. Las temáticas principales de su listado comprenden: cuatro acercamientos relacionados con el análisis historiográfico y cinco análisis sobre medidas gubernamentales en Puerto Rico y el Caribe. En adición, hay cuatro ensayos, uno que aborda las cotidianidades de los vendedores ambulantes y ciertas condiciones sociales para su desplazamiento, y otros tres que son de tipo conmemorativo sobre temas relacionados con Luis Muñoz Rivera, Shakespeare y los 60 años del Colegio San Ignacio.
PARTE UNA
Título | Temática | Año |
Acercamientos relacionados con el análisis historiográfico | ||
Narrar a Puerto Rico | 2011 | |
El Placer de historiar | 2013 | |
Historia sin literatura, casa sin techo | 1996 | |
Don Quijote en la Internet | 2011 | |
Medidas gubernamentales | ||
Bautizar al africano | 2012 | |
Prevenciones gubernativas contra fugitivos y acogidas y ocultación de los escapados e indocumentados en la década de 1840 en Puerto Rico
|
2005 | |
Las polaridades y los posicionamientos en los recuentos de la Revolución Francesa en Tobago
|
2012 | |
La Constitución de Cádiz en tres municipios | 2012-2013 | |
Prólogo a las Actas de la Cámara de Delegados de 1907 a 1908 | 2014 | |
Cotidianidades | ||
Santurce 1930-1940: los vendedores ambulantes | 2013 | |
Reflexiones conmemorativas | ||
La fuerza está en el país | 2015 | |
El significado histórico de William Shakespeare | 2016 | |
Para los 60 años del Colegio San Ignacio | 2012 |
Los ensayos que Picó difundía con temas relacionados a los acercamientos historiográficos, abordan diversos asuntos que se prestan a discusión. Los que se incluyen en esta primera parte son de suma importancia para quienes emprendemos el oficio de historiar. Por ejemplo, “Narrar a Puerto Rico”, comienza con un listado de publicaciones auspiciadas por el Centro de Estudios de la Realidad Puertorriqueña, (CEREP) entre los 1970 y 1980 y luego procede a nombrar otros proyectos que se dirigieron a la recopilación y estudio de documentos para poder “entender nuestra sociedad”. Es en este ensayo donde Picó elabora una fuerte crítica al uso analítico de una sola teoría y expone que esa práctica “no siempre se ajusta a tus necesidades” y a los temas y particularidades que se estudian. Expone esa frase conocida que decía… “Doña Teoría no está aquí”, para recordar el problema de aferrarse a una sola teoría como ocurrió con algunos que lo hicieron con el marxismo y limitaron parte de su producción. Picó sigue señalando y discutiendo problemáticas que surgen al momento de narrar y exhorta a que cada generación se preste a hacerlo de nuevo, bajo nuevas miradas y análisis, ya que no hay historias definitivas.
Más no todo constituye un problema ya que en el “Placer de Historiar” cambió el tono llevando al lector por aspectoss en ese proceso. Los mismos transitan desde escoger un tema que sea de interés y significativo, el encontrar fuentes adecuadas y el aprender a usar las pertinentes para desarrollarlo, el redactar con claridad una narrativa explicativa, revisarla, publicarla y darse a la tarea de comenzar nuevas investigaciones.
Luego el ensayo sobre “La Historia sin literatura, casa sin techo” aborda y defiende la relación entre ambas disciplinas para partir de la premisa y aclarar que “el hecho de que la historia utilice recursos literarios … no le arrebata … su propia identidad”. Finalmente, en el breve ensayo de “Don Quijote ante la Internet” se reproduce un diálogo simbólico entre Toñito, el segundo hijo de Sancho, con Don Quijote a partir de cuando éste último se enfrenta a lo que es la red. Toñito le explica tanto las ventajas de la red así como el acceso a la cantidad de información que se puede conseguir a través de la misma. Entra también en las falsedades que se difunden.
El diálogo culmina con el mensaje de Don Quijote quien al conocer las posibilidades de la internet se dispone y anuncia enfáticamente que quiere hacer algo a través de la misma para liberar a los presos de Irlanda como una prioridad que generaría esperanzas. Una serie de seis ensayos dedicados a la toma de medidas gubernamentales también forman parte de los que Fernando había escogido para publicar y están en esa primera parte. Por ejemplo, “Bautizar al africano”, nos lleva por las implicaciones que tenía el bautismo tanto para los esclavos nacidos en Puerto Rico, (criollos) como para los que nacían en África y llegan a la Isla (bozales). Una de las implicaciones que señala Fernando era que el bautismo al africano lo incorporaba “formalmente” a la sociedad y si no se hacía y moría, el amo tenía que costear su ntierro fuera del cementerio canónico. Sigue explicando en el ensayo las implicaciones del acto, los derechos como cristianos, (como asistir a misa) y cómo algunos de estos se van extinguiendo con el tiempo, así como las dificultades que se presentaban en el proceso. Dejó claro que aunque se bautizara, “no entraría en igualdad de condiciones a una nueva comunidad de creyentes”.
También exhorta a seguir investigando asuntos como la socialización de los esclavos en fiestas y jugadas de gallo, por ejemplo. En “Prevenciones gubernativas contra fugitivos y acogidas y ocultación de los escapados e indocumentados en la década de 1840 en Puerto Rico”, vuelve a traer uno de sus argumentos constantes que fueron las implicaciones de “la ausencia de Estado”. Aquí encontramos un relato sobre las varias restricciones gubernamentales que se fueron imponiendo entre los siglos XVI y XVIII para, como decía Picó, “regular estrictamente aspectos de la vida”. (p. 22) Al respecto, no podían faltar las transgresiones sociales como: alojar indocumentados, albergar a los reos prófugos, ocultar hijos delincuentes o esclavos fugitivos. Más las sanciones que se supone se impusieran tambaleaban frente a la indiferencia y resistencia de ese Estado ausente a aceptar las ordenanzas de la metrópoli, la cual prevaleció en muchas ocasiones en ese siglo XIX. En el apéndice que se incluye, vemos un listado por pueblo de transgresores que alojaban a quienes no tenían pasaporte.
En “Las polaridades y los posicionamientos en los recuentos de la Revolución Francesa en Tobago”, una ponencia que ofrece Picó en el 2012, describe y analiza en detalle las múltiples representaciones, que surgen por diferentes sectores en la Asamblea General francesa entre 1789 y 1793. Luego de su recuento, concluye señalando las oposiciones y estrategias que asumieron diversos sectores de Tobago (hoy parte de la República de Trinidad y Tobago) ante la Revolución, como lo hicieron la oficialidad militar, los agitadores de la revolución, la gente de la ciudad y muchos otros, en aras de defender sus intereses.
“La Constitución de Cádiz en tres municipios” es un ensayo muy breve que aunque acepta que la implantación de la misma en 1812 “traza la evolución de los derechos cívicos y las agrupaciones políticas en el siglo XIX”, (p. 47) se presta a dilucidar críticamente si esa Constitución hizo alguna diferencia en la vida política de los pueblos de Utuado, Cayey y Ponce.
Acepta que ocasionó un avance en las libertades políticas pero este hecho no se puede generalizar a toda la población pues para algunos representó obstáculos en su ascenso y metas sociales. Señala que también la Constitución contribuyó a legitimar aún más la discriminación al “deslindar la población por sus orígenes africanos”.
En el “Prólogo a las Actas de la Cámara de Delegados de 1907 a 1908”, que forma parte de la publicación de las mismas, Picó indica la importancia de hacerlas públicas y nos ofrece una serie de argumentos dirigidos a iniciar discusiones sobre ese período y a problematizar los textos mucho más allá de recurrir a los discursos unionistas. Aquí incorpora discusiones que se dan en la prensa y exhorta a los investigadores a discutir aspectos sobre “la modernidad por los miembros … del Consejo y la defensa de la identidad patria por los líderes de la Cámara”. (p. 63) Vemos que “Santurce 1930-1940: los vendedores ambulantes” es un fragmento del libro de la autoría de Picó, Santurce y las voces de su gente (2014) en donde describe, usando los censos y las novedades de la policía, las cotidianidades del conglomerado del lugar, el auge y luego la decadencia de los vendedores ambulantes. En el breve ensayo representa algunos personajes típicos, el movimiento de la gente, las ventas de productos y ciertas desobediencias que se dan en un Santurce en movimiento que también cambiará con la llegada del automóvil. El punto principal del recuento es describir las medidas que se toman, incluyendo los reglamentos de Salud, que terminan descalificando y marginando a esos vendedores ambulantes del lugar.
“La fuerza está en el país”, fue parte del discurso conmemorativo en el natalicio de Don Luis Muñoz Rivera en julio de 2015. En esa ocasión, Picó se presta a señalar una serie de posibilidades dirigidas a “mejorar la calidad de vida de los puertorriqueños”. Esto, luego de haber hecho un recuento de aspectos positivos a través del tiempo y luego de la erosión social a la que nos enfrentábamos en el contexto que siempre repetía referente a la ausencia del Estado.
A esos efectos y partiendo de la premisa de que la fuerza radica en el país, se prestó a describir una serie de opciones dirigidas al mejoramiento de nuestra agenda social dirigidos a conseguir “una sociedad sana, justa y sabia”. (p. 80) La detallada ponencia de 2016, “El significado histórico de William Shakespeare”, es una exaltación a sus múltiples logros y una aceptación de lo difícil que sería producir otro Shakespeare en esta época. Abordar este tema, me recuerda un curso que ofrecen en Ciencias Médicas sobre Shakespeare y la medicina que se sale de lo usual y se enfoca en su amplio conocimiento sobre la Ciencia, la Medicina, así como aspectos relacionados con las Humanidades. El Shakespeare que Fernando resalta, como el “más versátil de los dramaturgos de Occidente”, es ese que no estudió en una universidad moderna, es aquel que, y cito, “abarcó una gran variedad de temas y géneros dramáticos” como evidencian sus excelentes parlamentos.
Esos temas fueron unos que “trascienden su época…y realzan su universalismo” (p. 112), así como hizo con los: “montajes, actuación, vestuario, escenografía y coreografía”. (p. 110) Esta primera parte cierra con una ponencia que ofreció en el 2012 en la cual dirige un mensaje muy poco tradicional (si se compara con los que se dirigen en estas ocasiones), “Para la conmemoración de los 60 años del Colegio San Ignacio”, fundado en 1952. Hay que recordar que Fernando fue un egresado de la clase de 1958 de ese colegio jesuita y entró al mismo en su séptimo grado. En su escrito, llama enfáticamente a sus “compañeros ignacianos”, y cito…
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Señalaba que todo esto los llevaría a la autenticidad y al compromiso con la misión de la educación ignaciana. Dos años después, un 31 de julio de 2014 en su compleja “Homilía de San Ignacio”, que no forma parte del libro y creo que merecería un análisis que yo no puedo ofrecer en estos momentos, al explicar la relevancia de San Ignacio decía como reflexión…
“Lamentablemente uno ya no es joven, pero persevera en la irreverencia”.
Luego, los ocho ensayos que comprenden la segunda sección del libro, se centran en: 1. la importancia social de las gestiones educativas, 2. su reflexión sobre otras propuestas historiográficas a considerarse y 3. la construcción específica de una tradición, que esta vez serán las Navidades en Puerto Rico.
PARTE DOS
Título | Temática | Año |
Importancia social de las gestiones educativas | ||
“A la Universidad desde la cárcel: historia de un atrevimiento” (Primera Lección Magistral de la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz). | 1997 | |
“La escolarización de los niños, 1770-1822” | ¿2015-2016? | |
Propuestas historiográficas | ||
“La historia política en la agenda inacabada de la Nueva Historia” | 2008 | |
¿Historia sin colores? | 2011-2012 | |
“La estructura narrativa: una propuesta en torno a la redacción historiográfica” | 2012-2013 | |
“Balance Historiográfico de la historia de la Iglesia puertorriqueña en el siglo XVI” | 2008 | |
“La representación de la heterodoxia en la historiografía de la Iglesia puertorriqueña: siglo XVII” | 2010 | |
La construcción de una tradición | ||
“Las reconfiguraciones de las Navidades en Puerto Rico en los siglos XIX y XX” | 2012 |
Considero que el ensayo más completo en términos de la explicación de sus razones para incorporarse y promover la gestión educativa de los confinados, lo consigna en “A la Universidad desde la cárcel: historia de un atrevimiento (Primera Lección Magistral de la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz)”. En el mismo, queda evidente la búsqueda de la paz social frente a la rampante criminalidad, la corrupción, la violencia, la ausencia, debilidad y vulnerabilidad del Estado a través del tiempo. También elabora su crítica y su rechazo hacia la implantación teatral de medidas gubernamentales como las derivadas de la política de la Mano Dura contra el Crimen que se inició desde 1993 bajo el gobierno de Pedro Rosselló y quedó vigente por cerca de 20 años. A los efectos, ofrece una serie de respuestas que podrían colaborar con la meta de la paz social.
Picó menciona la importancia de investigar y conocer las raíces de la violencia, con lo cual la Universidad puede colaborar mediante la investigación, la divulgación de los hallazgos y posibles medidas a tomarse. También lo hace con la importancia de la enseñanza, la difusión de una educación para la paz y la crítica al diseño escolar existente como si el mismo fuera una especie de cárcel de encierro y de regaño.
Hace un muy detallado recuento de ese comienzo y desarrollo del proyecto de educación para los confinados. No se puede obviar que el mismo lo inician las peticiones de los confinados Fernando Guzmán Santiago y Ángel Medina Sánchez en 1990. Picó explica muy detalladamente la secuencia, los pasos, los colaboradores que participaron en su despegue, los profesores que impartieron su conocimiento y los funcionarios públicos que lo apoyaron. También expone como producto de esta experiencia la publicación de su libro, El día menos pensado: Historia de los presidiarios en Puerto Rico (1793-1993).
Además de llevarnos por el complejo trayecto de este proyecto, admitía que faltaba mucho por hacer y resaltaba la importancia de “ampliar las posibilidades educativas para los confinados” como la necesidad de una esperanza compartida.
Y es que ese tema de la escolarización, es uno que Picó había comenzado a desarrollar en un Cuaderno de CEREP publicado en febrero de 1983 titulado “Educación y Sociedad en el Puerto Rico del Siglo 19: consideraciones en torno a la escolarización primaria y sus limitaciones.” Recuerdo también un escrito que reprodujo por las redes sociales, en el que nos decía: “Comparto este texto, que está en proceso, con el deseo de recibir sugerencias de los amigos. Desafortunadamente Facebook no reproduce las notas al calce.”
Parte del otro ensayo que se incluye en el libro que comentamos hoy, “La escolarización de los niños, 1770-1822”, estaba incluido en ese escrito que difundió por las redes. En su exposición de detalles, nos habla de las dificultades y procedimientos para reclutar a los maestros pioneros y la preparación que se les requería bajo el dominio hispánico. No quedan atrás los conflictos que se daban al respecto entre las autoridades, incluyendo a los gobernadores, los obispos y otros funcionarios.
Picó recorre, el angustioso trayecto que implicaba nombrar a los maestros y sobre todo, las resistencias sociales en los pueblos debido a que había que pagar a los maestros y alquilar las escuelas mediante las colectas de dinero. Explica brevemente la experiencia inicial en pueblos como: Añasco, Aguadilla, Cayey (en donde explica la oposición en el pueblo por los castigos corporales que recibían los niños por parte de un maestro), Arecibo y Caguas.
En esa segunda parte del libro también se incorporan cinco ensayos que abordan señalamientos y propuestas sobre la redacción y el análisis historiográfico que se le suman a los ya expuestos en la primera sección. Entre ellos, hay dos relacionados específicamente a la historiografía local sobre la iglesia católica, uno ubicado en la del siglo XVI y otro en la del XVII. Los ensayos, que contienen señalamientos necesarios a tomarse en cuenta en el análisis historiográfico, abordan temas que nos demuestran aspectos fundamentales a considerarse en las discusiones que teníamos en las defensas de propuestas y de tesis.
“La historia política en la agenda inacabada de la Nueva Historia”, se refiere y abunda sobre la necesidad que señalaba el profesor Gervasio García de desarrollar e incorporar una nueva historia política que se alejara del procerato y abordara otros componentes de la sociedad.
Fernando señalaba que no se trata de descartar este tipo de historia sino de modificarla y repensarla como parte de esa nueva historia que se difundía. En el escrito se presta a hacer un análisis de varias de las obras de Gervasio García, de las críticas que él desarrollaba en sus análisis así como de sus señalamientos en torno a la exclusión de sectores sociales como los trabajadores, los obreros y los campesinos en trabajos históricos.
Luego prosigue con unos breves análisis relacionados con las obras de Salvador Brau, Paul Miller y Lidio Cruz Monclova para concluir sobre la falta de interés que demostraron en el estudio del Estado y la necesidad que había de trabajar “las élites municipales en el desarrollo político del país”. (p. 28) El breve ensayo de “¿Historia sin colores?”, parte de la premisa de que “Los colores tienen sus historias” y que no se deben de ignorar. A esos efectos, invita a una reflexión esta vez sobre la toma de posiciones históricas en torno a la Guerra en Puerto Rico a partir de la invasión estadounidense de 1898 y cuestiona si, ¿Será posible no tomar una postura política frente a los acontecimientos que allí se dieron tanto en apoyo como en contra de los españoles o de los estadounidenses? A esos efectos hace un breve recuento sobre acciones y afiliaciones que tomaron ciertos grupos durante los sucesos y sobre la protección contra las partidas sediciosas que los estadounidenses dieron a los españoles.
Usando el ejemplo de la Guerra del 1898, Picó llama la atención sobre las tendencias a escribir historias monocromáticas (o de un solo color) y sugiere que las mismas sean policromáticas, que se consideren varias interpretaciones y que los narradores se abstengan de moralizar.
Luego, en la “La estructura narrativa: una propuesta en torno a la redacción historiográfica”, aborda un tema vital al distinguir entre la literatura y la ficción y la explicación en cuanto a que el hecho de usar recursos literarios, como los tropos (donde se sustituye un concepto por otro, como en las metáforas, alegorías, hipérboles, metonimia, sinécdoque, etc.) y como hizo en esa “¿Historia sin colores?” no desemboca necesariamente en un cuento. Explica la necesidad que implica tener y desarrollar un argumento para así poder cumplir con los requisitos básicos de la narración.
Si nos remitimos al “Balance Historiográfico de la historia de la Iglesia puertorriqueña en el siglo XVI” Picó se presta a analizar las ponencias de un Congreso en Puerto Rico dedicado al estudio y difusión sobre la historiografía de la Iglesia Católica en ese siglo. Su escrito resume brevemente los trabajos y las autorías relacionadas con los temas correspondientes. Al igual, señala la importancia de que “para lograr una historia de la Iglesia puertorriqueña que sea considerada profesional y competente en el siglo XXI, tenemos que asumir los debates teóricos vigentes” (p. 180).
Luego señala tres ausencias en lo que admite se trata de una “breve historiografía”. Esos señalamientos sobre las ausencias requieren toda una discusión compartida entre los que trabajan el tema y la época. Es por eso por lo que considero que ese ensayo constituye un documento de trabajo que se prestaba para abrir otros acercamientos a la temática sobre la Iglesia y su contacto social, político y cultural.
La primera ausencia aborda la necesidad de acercamientos teóricos hacia los debates de ideas que permeaban en el siglo XVI. La segunda, se refiere a la ausencia de las mujeres en la iglesia puertorriqueña ya que “sin ellas estamos historiando solo la mitad de la iglesia”. (p. 181) La tercera trata sobre las formas religiosas de la sociabilidad puertorriqueña que se ubiquen más allá de lo religioso y se adentren a otras dimensiones sociales al abordar el tema.
Luego, “La representación de la heterodoxia en la historiografía de la Iglesia puertorriqueña: siglo XVII” es el breve tema de su otro ensayo relacionado con la iglesia” que documenta algunas consecuencias de transgredir el fundamentalismo religioso y convertirse en víctimas de diversos ataques y acosos por parte de las autoridades eclesiásticas. Señala una
muestra de los graves castigos, como la inquisición, a quienes profesaban otras religiones más allá de la católica o al ser una persona acusada de hereje. Explica lo que implicaba una “conversión forzosa” al catolicismo y trae como ejemplo los abusos proferidos en el caso de los suecos que llegan a Puerto Rico en un barco varado en la Isla de Palominos.
En el ensayo final del libro, sobre “Las reconfiguraciones de las Navidades en Puerto Rico en los siglos XIX y XX” 2 , Picó aborda algunas representaciones culturales sobre esas festividades, propias del caso de Puerto Rico, tanto en el siglo XIX como a partir del cambio de soberanía de 1898. Para explicar las construcciones sociales de esas costumbres que se van configurando como símbolos y tradiciones en esos días y épocas, incluyendo las que se le permitían a los esclavos en esas fiestas antes de 1873, describe desde las comidas típicas, las celebraciones, la búsqueda y necesidad de recibir aguinaldos que tenían algunos sectores, particularidades de las zonas cafetaleras y cañeras en lo que se refiere a la celebración, y sobre todo, cómo finalmente se logra incorporar el día de Reyes como uno festivo en el calendario a pesar de que los estadounidenses no lo consideraban así. (Y de hecho, no lo incluían en el calendario escolar ocasionando que los estudiantes no fueran a las escuelas ese día.) Este logro se debió a las amplias manifestaciones de resistencias de sectores locales hacia el gobierno, incluyendo a grupos de maestros, para seguir celebrando la Epifanía.
Y como sabemos…los puertorriqueños se quedan finalmente con los días festivos de las Navidades, del Día de Reyes y, como explicaba Picó…, luego incorporan también la Celebración de las Fiestas de San Sebastián, sobre todo, para que aquellos que tuvieron que trabajar durante los otros días festivos disfrutaran con otra oportunidad de celebración.
Esa multiplicidad de temas sobre los que escribía Fernando así como la importancia que él le daba a las estrategias narrativas que utilizaba y a sus compromisos y proyectos sociales, (como la educación de los confinados) también abrían las posibilidades de investigación sobre otras temáticas y acercamientos para que estudiantes e investigadores continuaran aportando a lo que él llamaba, “la historia inacabada”.
Fernando tenía sus temas preferidos, al igual que los tenemos todos nosotros, y sabemos que también dejaba atrás y no incorporaba algunos otros como objetos de investigación, que enalgunos momentos han generado señalamientos. Mas creo que incorporar temas o acercamientos teóricos o no en nuestros trabajos es parte de nuestra toma de decisiones y formas de escribir historias.
Quiero concluir citando la exhortación pública que hizo María Bird Picó, periodista y sobrina de Fernando, a un año de la partida de quien era conocido entre su familia como el “Tío Nene”. Ese, a quien como ella misma decía que…. “A las 3:00 de la tarde, cada martes, la alarma del celular me alerta de un compromiso ineludible: salir a buscar al tío Nene en el Archivo
General de Puerto Rico…” y sobre todo, añadía… “Para él era importante que no perdiera vigencia su investigación histórica y su mensaje de atajar de raíz el problema de la violencia mediante programas educativos y comunitarios dirigidos a las poblaciones marginadas.” (3)
Los exhorto a leer y a pensar sobre estos escritos de Fernando como oportunidades para abordar nuestra historia de forma distinta y recuperar algunas de aquellas que se han quedado sepultadas en el olvido. A la vez, sus ensayos pueden convertirse en oportunidades para adelantar y promover proyectos sociales como él lo hizo con el cese de la violencia y la educación de sectores confinados.
Estoy convencida de que luego de la publicación de dos libros póstumos sobre escritos de Fernando por el Centro de Investigaciones Históricas, hay otros proyectos que seguirán apareciendo y se podrían considerar sobre escritos del autor que ameritan más difusión. Dos ejemplos son aquellas publicaciones y entrevistas perdidas que siguen en la prensa y no formaron parte de los libros de su autoría, o aquellos escritos que formaron parte de los importantes Cuadernos del Centro de Estudio de la Realidad Puertorriqueña, (CEREP), y a los que algunos luego les dio seguimiento, como en el caso de la educación de la niñez.
1 - Ponencia presentada en el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras en 2019 en torno al volumen Fernando Picó (2019) Ensayos en torno a la Historia y otros temas. San Juan: Centro de Investigaciones Históricas. 2- Ponencia de noviembre de 2012. 3- María Bird Picó, “Fernando Picó a un año de su partida”, Tribuna Invitada, endi.com, 27 de junio de 2018.