El siglo veintiuno marcó el final de los hombres fuertes de partidos políticos en Puerto Rico. Rafael Hernández Colón y Pedro Rosselló fueron los dos últimos del siglo veinte. El siglo veintiuno marcó también la elección de la primera gobernadora en 2000, dos “gobiernos compartidos” (divididos) en 2004 y 2020, siete gobernadores electos por un solo término, un senado con mayoría de mujeres en 2020 y la destitución por el pueblo de un gobernador electo en el verano de 2019. La política puertorriqueña enfrenta una profunda crisis de legitimidad. Los partidos que se alternan el gobierno han visto una fuerte contracción de su base electoral estable (“corazón del rollo”) y las instituciones de gobierno han perdido su credibilidad. En el cuatrienio 2021-24, ocho alcaldes de los partidos gobernantes (Partido Popular Democrático, PPD y Partido Nuevo Progresista, PNP) y tres legisladores del PNP fueron convictos y encarcelados por actos de corrupción. En las últimas tres décadas hemos sido, además, testigos de la condena de innumerables funcionarios electos y designados por los partidos de gobierno, incluyendo dos secretarios de educación bajo las administraciones de Pedro y Ricardo Rosselló (PNP).
En este primer cuarto de siglo han ocurrido una serie de “eventos críticos”, situaciones en los que se agudizan antagonismos y conflictos que ponen al descubierto las dinámicas sociopolíticas de los actores o grupos sociales envueltos en las luchas políticas. Los más importantes son:
- Aprobación del IVU y el inicio de la recesión en 2006. La contracción económica dos años antes de la recesión global de 2008 se convirtió en “la gran depresión de los 2000” y es hoy una contracción económica secular y estructural.
- Rechazo del ELA en el plebiscito de estatus de 2012. Este hecho se convirtió en la base de un consenso transversal de que Puerto Rico es una colonia y que es necesario un cambio fundamental y definitivo de estatus.
- Declaración de impago de la deuda, 2015; aprobación de la ley PROMESA, 2016. Estos dos eventos confirmaron el colapso político económico del Estado Libre Asociado. Promesa dejó al descubierto el mito de autonomía del ELA, lo cual la corte suprema de Estados Unidos confirmó en el caso el Pueblo de Puerto Rico vs. Sánchez Valle (2016).
- Huracán María, 2017. Devastó la infraestructura del país y demostró la incompetencia de la clase gobernante que abandonó al país a su suerte. El mal manejo de las ayudas enviadas debido al huracán evidenció que la clase política usa el estado como agente de negocios.
- Destitución de Ricardo Rosselló, 2019. Marcó el inicio del colapso del bipartidismo.
- Pandemia, terremotos del sur, 2020, reconfirmaron la incompetencia administrativa y el uso de fondos públicos para el lucro de operativos políticos del partido de gobierno de turno.
Este es el contexto de un realineamiento político y electoral que ha llevado al colapso del bipartidismo y abre la posibilidad de un cambio político.
Realineamiento electoral
En junio de1978 Rafael Hernández Colón líder del PPD y Juan Mari Brás, Secretario General del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), participaron en las vistas del Comité de Descolonización de la ONU afirmando la necesidad de que Estados Unidos habilitara un proceso de descolonización. Hernández Colón favorecía la culminación del ELA, un ELA más autónomo, con mayores poderes de autogobierno. Esta gestión se daba luego del fracaso de una propuesta de culminación del ELA en 1976, cuando también el PPD perdió las elecciones frente al PNP. Se habló entonces de un realineamiento político que forjaría una alianza táctica entre “el ala autonomista” del PPD y los independentistas agrupados en el PSP y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Esta alianza duró muy poco, aunque sirvió de base para el surgimiento de un voto independentista por el PPD para impedir que el PNP ganara y adelantara la estadidad. Este se llamó el “voto melón” pues por fuera eran verdes (color del PIP) y por dentro rojos (color del PPD). No obstante, ese voto independentista que apoyaba al PPD no estaba necesariamente vinculado al PIP. La “alianza que nunca fue” desarrolló lo que llamé en 2004 la mitología de los melones:
Curiosamente la noción de que las victorias electorales del PPD son determinadas por “los melones” no se sostiene bajo el escrutinio estadístico. Los resultados del voto para gobernador desde 1988 hasta 2000 indican que el voto del PIP es más alto en los años en que gana el PPD (5.5% en 1988 y 5.2% en 2000) que en los años en que gana el PNP (4.2% en 1992 y 3.8% en 1996). Si el voto melón fuera el margen de victoria del PPD, la tendencia debería ser la inversa, menos votos cuando gana el PPD. (Pantojas García, 2019, p. 198).
La primera elección que evidencia la capacidad del voto melón asociado al PIP para dar el margen de victoria al PPD fue en 2004, cuando dichos votos se denominaron “pivazos”. En esa elección 3,078 votantes del PIP votaron bajo la insignia de ese partido pero marcaron votos por el candidato a gobernador del PPD, quien ganó la elección por 3,566 votos. El PNP ganó la mayoría legislativa y la comisaría residente. El “melonismo” nunca fue una alianza política sino un arreglo electoral de conveniencia donde reconocidas figuras independentistas (no todas vinculadas al PIP) apoyaban al PPD a cambio de ser nombrados a puestos en la rama ejecutiva, la Universidad de Puerto Rico o ayudantías en la gobernación.
El proceso de realineamiento electoral del siglo veintiuno comienza en las elecciones de 2004. A partir de esos comicios, el partido ganador del voto íntegro para gobernador en las elecciones de 2004, 2008 y 2012—el PNP–sólo eligió un gobernador en 2008. La modificación de la papeleta electoral dividida en tres papeletas separadas, estatal, legislativa y municipal, ha facilitado el cruce de líneas partidistas desde 1980, cuando la Ley Electoral de Puerto Rico de 1977 inició el proceso con dos papeletas. Lo que antes habría sido un voto mixto, puede ser un voto íntegro por partidos distintos en papeletas separadas. No obstante, en las tres elecciones entre 2004 y 2012 surgió una nueva modalidad de “cruce” electoral (voto mixto) dentro de la papeleta estatal. En 2004 y 2012 se eligió un gobernador del PPD y un comisionado residente del PNP. Este comportamiento electoral se denominó como “voto de castigo”. Este voto de castigo en contra de Pedro Rosselló en 2004 y de Luis Fortuño en 2012 no provino de electores del PNP. Fue el resultado de una combinación de abstención de votantes del PNP, el voto de electores desafiliados de los partidos y el “voto melón”, incluyendo votos del PIP (“pivazos”), que sí fueron decisivos en esos comicios (Pantojas García, 2015).
Para las elecciones de 2008 aparece un “voto flotante” caracterizado por personas no afiliadas o desafiliadas de los partidos políticos. Se hablaba, por ejemplo, de “independentistas realengos”, no afiliados al PIP. Este voto de “no afiliados” se aglutinará en el partido Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR). El líder y candidato a gobernador del PPR fue una nueva cara en la política, un “advenedizo”, Rogelio Figueroa. Figueroa se había postulado como candidato por nominación directa en 2004 y en 2007 logró la inscripción del PPR. El nuevo partido se definió como un “proyecto de restauración puertorriqueña” que proponía: mejor calidad de vida, una economía sustentable próspera y un ambiente restaurado. El programa del PPR planteaba, además, la “convergencia puertorriqueña” para pasar de “una cultura de separación e intolerancia por nociones partidistas, preferencias de status y otras diferencias, a una cultura de tolerancia y colaboración que nos haga posible alcanzar nuestras metas como humanos y como puertorriqueños” (PPR, 2008). Con un gobernador del PPD—Aníbal Acevedo Vilá—que enfrentaba más de veinte cargos por corrupción y un partido independentista centrado en el estatus, el voto flotante—que incluía a los melones—se desplazó hacia este nuevo partido y la “cara nueva” de Rogelio Figueroa.
El cuadro 1 confirma que el PPR obtuvo más votos para la gobernación que el PIP en 2008, quedando como la tercera fuerza política del país. No obstante, el neonato partido no logró sobrevivir. Las diferencias y conflictos de “los desafiliados” afloraron dividiendo este bloque de electores en tres partidos, el PPR, el Movimiento Unión Soberanista (MUS) y el Partido del Pueblo Trabajador (PPT). En las elecciones de 2012 el PIP obtuvo 7,432 votos más que en 2008, volviendo a ser la tercera fuerza electoral con apenas 2.5% de los votos. Como dato interesante observamos que la suma de los votos adicionales del PIP (7,432), los del PPR, el PPT y el MUS, alcanza los 42,935 votos, 13,758 votos menos que el total del PPR en 2008. Curiosamente, el margen de victoria del PPD sobre el PNP en 2012 fue 13,049 votos. Esto sugiere un regreso del “voto melón” al PPD en el 2012, año en que volvió a ganar la gobernación sin la comisaría residente, aunque en esa elección el PPD ganó las dos cámaras legislativas.
Cuadro 1 Votos para la gobernación
2000 | 2004 | 2008 | 2012 | 2016 | 2020 | |
PPD | 978,860 (48.5%) | 963,303 (48.6%) | 801,071 (41.3%) | 889,614 (47.7%) | 614,190 (38.9%) | 407,817 (31.7%) |
PNP | 919,194 (45.7%) | 959,737 (48.4%) | 1,025,965 (53.1%) | 876,565 (47.1%) | 660,510 (41.8%) | 427,016 (33.2%) |
PIP | 104,705 (5.2%) | 54,421
(3.0%) |
39,590
(1.8%) |
47,022
(2.5%) |
33,729
(2.1%) |
174,402 (13.6%) |
MVC | 179,265 (13.95%) | |||||
PD | 87,379
(6.8%) |
|||||
Alexandra Lúgaro | 175,831
(11.1%) |
|||||
Manuel Cidre | 90,494
(5.7%) |
|||||
PPT | 18,312 (0.98%) | 5,430
(0.34%) |
||||
MUS | 10,523 (0.56%) | |||||
PPR | 53,693
(2.8%) |
6,668
(0.36%) |
Fuente: Comisión Estatal de Elecciones, https://ww2.ceepur.org/Home/EventosElectorales
Pero será en las elecciones de 2016 cuando los electores desafectos irrumpen en los comicios dejándose sentir con una fuerza no anticipada. Otra advenediza, Alexandra Lúgaro, una joven abogada sin experiencia política anuncia su candidatura independiente a la gobernación en un tono desafiante y atrevido que atrajo una masa significativa de votos, especialmente de la juventud, 175,831 votos (11.1%). Lúgaro fue un fenómeno político, en su sentido literal: una manifestación de la conciencia que se materializa (Pantojas García, 2019, p. 294-95). La candidata se percibió como “una guerrera” que retaba la “partidocracia” corrupta del “PNPPD”.
Es importante señalar que el impacto de Lúgaro trascendió la contienda por la gobernación. En San Juan, Alexandra Lúgaro obtuvo 19,307 votos. Lúgaro endosó a Carmen Yulín Cruz Soto del PPD para la alcaldía de la capital, quien ganó por 13,154 votos, a pesar de obtener casi 10 mil votos menos que en 2012, cuando ganó por sólo 5,789 votos. Este impacto del endoso de una candidata independiente como Alexandra Lúgaro a una candidata de un partido tradicional no tiene precedentes en la historia política de Puerto Rico.
Otro hecho importante en las elecciones de 2016 fue la participación del empresario Manuel Cidre como candidato independiente a la gobernación. Identificado con el PNP, Cidre obtuvo un 5.7% de los votos emitidos. Puede decirse que su candidatura marca el distanciamiento de votantes estadistas con el PNP. Esa desafección de la derecha anexionista tradicional con respecto al PNP tomará un giro inesperado en 2020 con el surgimiento del Proyecto Dignidad (PD), que obtendría un número de votos casi idéntico a los de Cidre, aunque no hay evidencia de que se trate de bases sociales comparables.
El realineamiento electoral que se escenifica entre las elecciones de 2008 y de 2020, representa la caída estrepitosa de los partidos que se han alternado en el gobierno desde 1968. Esta caída se ilustra mejor cuando se presenta en una gráfica. La gráfica 1 muestra el colapso del bipartidismo cerrado (como le ha llamado el colega Ángel Israel Rivera) y del dominio de lo que también se ha llamado “la partidocracia”. Aunque la caída empieza a marcarse en las elecciones de 2016, no debe haber duda de que las protestas de julio de 2019 que forzaron la renuncia del gobernador PNP Ricardo Rosselló fue el hito que marcó este colapso.
Advenedizos y Desafiliados: Las Bases del Realineamiento Político
El Cuadro 2 presenta los resultados electorales para los/as candidatos/as advenedizos/as que entraron a la contienda política-electoral de 2008 a 2020. Se agrupan aquí candidatos/as independientes, partidos y movimientos que entran a la política presentando alternativas e ideas nuevas y distintas a las de los partidos tradicionales (que incluían al PIP). Estas nuevas caras y partidos tratan de atraer a votantes desafectos de los partidos tradicionales, así como a jóvenes que votan por primera vez. Como norma, el liderato de estos partidos está integrado por personas cuyos méritos e ideas se forjan al margen de los partidos políticos tradicionales. En 2019 se fundan dos nuevos partidos en Puerto Rico, el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Proyecto Dignidad (PD). El primero aglutinará electores desafectos que se identificaron con al PPR, el MUS y el PPT, así como soberanistas / autonomistas provenientes del PPD. La alianza propuesta por Juan Mari Brás y el PSP en 1978, parecería materializarse cuatro décadas más tarde, pero no con el sector soberanista dentro del PPD sino con una facción que se desprendió de éste. En el caso del PD, es un movimiento conservador surgido de iglesias pentecostales y neo pentecostales, así como de organizaciones contra el aborto y católicos conservadores afines a los movimientos conocidos como “la nueva derecha” (Acevedo Gaud, 2024).
Cuadro 2 Candidato/as Advenedizo/as
2008 | 2012 | 2016 | 2020 | |
Lúgaro/MVC | 175,831 | 179,265 | ||
PD | 87,379 | |||
Manuel Cidre | 90,494 | |||
PPT | 18,312 | 5,430 | ||
MUS | 10,523 | |||
PPR | 53,693 | 6,668 | ||
Total | 53,693 | 35,503 | 264,419 | 260794 |
% total | 2.7% | 1.8% | 16.8% | 20.9% |
Fuente: Comisión Estatal de Elecciones, https://ww2.ceepur.org/Home/EventosElectorales
El ascenso electoral de estos “advenedizos” ha sido meteórico saltando de 2.8% a 20.9% de los votos entre las elecciones de 2008 y 2020. La mayoría de estos votos se concentra en candidatas/os y partidos de centro-izquierda como Alexandra Lúgaro y el MVC y una menor porción en el PD que es un partido que se autoproclama conservador y de derecha. Hay que notar que la masa de votos capturada por Alexandra Lúgaro en 2016 se transfirió casi intacta al MVC, para el cual corrió como candidata a la gobernación en 2020. La base social del voto del candidato Manuel Cidre en 2016 y el PD en 2020 no parece ser comparable, aunque los números sí. Se trata de sectores conservadores desafectos principalmente del PNP distanciándose de la corrupción prevaleciente en dicho partido.
Podría decirse que en 2016 dos candidatas/os independientes (Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre) se benefician del proceso creciente de desafiliación partidista de una masa significativa de votantes de los partidos gobernantes corruptos. En 2020 esa desafección se desborda en dos partidos: Los desafectos del PNP se mueven al PD y los del PPD se mueven al MVC. Claro que también hay una masa de jóvenes votantes que ingresan a las filas de estos nuevos partidos buscando alternativas a los partidos tradicionales.
Si volvemos al Cuadro 1, cabe señalar que el PIP, que es un partido histórico tradicional, se mueve en sentido contrario a la tendencia y aumenta su voto de 2.1% en 2016 a 13.6% en 2020. Ello a pesar de que su candidato a gobernador, Juan Dalmau, había sido candidato de ese partido en 2012 obteniendo apenas 2.5% del voto total.
Entre la irrupción de los candidatos independientes en las elecciones de 2016 y el verano de 2019 se registra un giro importante en la política puertorriqueña. La quiebra del gobierno de Puerto Rico, el establecimiento de la Junta de Control Fiscal por la Ley PROMESA como autoridad política máxima y la devastación del huracán María, redirigieron la atención política a los problemas de corrupción y mala gobernanza de la Isla. En 2019 la publicación del llamado “chat de los boys”, hizo públicos los intercambios entre el gobernador Ricardo Rosselló y sus asesores y colaboradores por la aplicación Telegram. El chat reveló el menosprecio, insensibilidad y cinismo del gobernador y su círculo íntimo de allegados por el pueblo que gobernaba y que sufría y padecía los efectos adversos de los desmanes de la clase política y de la devastación del huracán más poderoso que abatió la isla. Se quebró irremediablemente el vínculo de legitimidad entre el gobernador y los gobernados. El eje del debate político del país se desplazó abruptamente del estatus político a asuntos sobre mala gobernanza y la negligencia del gobierno ante el desastre. La corrupción pública, las deficiencias en los servicios públicos esenciales (salud, educación, seguridad, agua potable, energía), el discrimen por género, raza y clase, etc. se convirtieron en los nuevos ejes del debate político como consecuencia de las protestas del “verano del 2019” (Pantojas García, 2019, 362-66).
El voto flotante, que se reveló a partir de las elecciones de 2004, fue seguido de la irrupción exitosa, aunque no victoriosa, de candidatos advenedizos y partidos nuevos en la política electoral puertorriqueña. Esto marca así un proceso masivo de desafiliación partidista y realineamiento político sobre nuevos ejes de debate político. Al desplazar el estatus como eje del debate electoral una masa importante deja de votar por “el King Kong de turno” al decir del escritor Eduardo Lalo (2020), refiriéndose a un comentario de un analista político que describía así la lealtad de los afiliados al PNP—si usted es estadista, vota por el PNP no importa qué monstruo sea el candidato/a.
Las candidaturas de Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre desataron el proceso de desafiliación partidista. Puede decirse que la proporción de votos obtenidos por ambos, más de 16%, es una medida aproximada de la magnitud de la desafiliación en 2016. Puede decirse que la creación del MVC y el PD fue favorecida por la revelación del chat de la kakistocracia PNPPD en el verano de 2019. Cabe señalar, además, que el PIP cambió el eje de su discurso en 2020, desplazándose del estatus a los problemas creados por la mala gobernanza. Se completa así el proceso de realineamiento electoral con un realineamiento político de cara a las elecciones de 2024.
Realineamiento Político: Los Nuevos Ejes del Proceso
En las elecciones de 2024 los parámetros del debate se han subvertido. El eje de la contienda ya no será el debate de estatus, a pesar del intento del PNP de traerlo a la palestra con un séptimo plebiscito de estatus (Pantojas García, 2024). En los comicios de 2024 se enfrentarán independentistas de “derecha”, como Joanne Rodríguez Veve del PD, y estadistas de “izquierda” o de centro izquierda, como José Bernardo Márquez del MVC. Se trata del nacimiento de una nueva era, un enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo. Lo nuevo no nace y lo viejo no muere y en ese claroscuro aparecen monstruos y se popularizan discursos disparatados que construyen “realidades alternas”.
La división de los votantes en compartimentos estancos definidos por la preferencia de status ha quedado atrás. Las clasificaciones: estadistas-conservadores-derechistas atribuidas al PNP; estadolibristas-liberales-centristas atribuidas al PPD; e independentistas-socialistas-izquierdistas atribuidas al PIP, dejan de ser adecuadas. La lucha política actual adquiere una dimensión de “batalla cultural”. La “nueva derecha” se define como conservadora, pro familia, pro valores de “equidad y respeto entre los seres humanos” y libertad económica y religiosa (Acevedo Gaud, 2024). Esto se enmarca en el contexto de conflictos políticos globales que definen las derechas europeas y estadounidenses como contrarias a los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, ancladas en un fundamentalismo cristiano (evangélico y católico) homofóbico, xenofóbico, aporofóbico y pro “capitalismo salvaje”.
Se inventan conexiones político-económicas que sólo existen en mentes que ignoran la historia. Además de hablar de un comunismo que ya no existe, se confunde el socialismo con la social democracia. El discurso de la nueva derecha puertorriqueña argumenta, por ejemplo, que la social democracia lleva inevitablemente al socialismo y la dictadura. Ello a pesar de que los países escandinavos, dominados por la social democracia, tienen los más altos índices de prosperidad económica y los más bajos índices de pobreza del mundo en una economía mixta liderada por empresas privadas, además de ser democracias estables. Asimismo, se habla de amenazas a la libertad religiosa en un país donde se estima que cuatro de cada diez cristianos son protestantes y proliferan las iglesias independientes neopentecostales sin restricción (Protestante Digital, 2010).
Infundir miedos es la orden del día en las campañas políticas de las nuevas derechas. En Estados Unidos Donald Trump habla de una invasión de inmigrantes por la frontera de México y caracteriza a los demócratas como izquierdistas comunistas. En Puerto Rico, la posibilidad de un triunfo de La Alianza de país entre el PIP y el MVC que propone un proyecto de buena gobernanza se denuncia como comunista y dictatorial. A falta de argumentos sustantivos, la derecha tradicional, el PNP y la nueva derecha, el PD, han centrado su campaña en asociar al candidato a gobernador de La Alianza, Juan Dalmau, con regímenes dictatoriales como el de Daniel Ortega en Nicaragua y el de Nicolás Maduro en Venezuela, a pesar de declaraciones de condena a Ortega y distanciamiento de Maduro.
Las mentes febriles de las derechas puertorriqueñas se empeñan en decir que si gana la izquierda llegará una “dictadura comunista” peor que la de Nicolás Maduro, que sí es dictadura, pero no comunista. Este argumento ignora por completo que Puerto Rico es una colonia de Estados Unidos y que luego de décadas de gobiernos del PNP no hemos visto ningún adelanto de la estadidad. Gane el partido que gane, el estatus no cambiará y Puerto Rico seguirá siendo una colonia capitalista estadounidense (Cf. Torres Gotay, 2024).
Lo que sí es posible cambiar en las próximas elecciones es la mala gobernanza: la corrupción, los malos servicios de salud propiciados por la avaricia de las aseguradoras médicas, el abandono de las escuelas, el amiguismo y favoritismo para contratistas donantes del partido en el poder, la malversación de fondos federales destinados a los pobres. Los que se enfrentan en las próximas elecciones no son la derecha buena versus la izquierda mala, la democracia versus el “comunismo” totalitario inexistente. De lo que se trata es del enfrentamiento entre un proyecto para la buena gobernanza versus un proyecto probado de mala gobernanza.
Las tendencias electorales presentadas en el Cuadro 1 y la Gráfica 1 indican que existe una posibilidad estadística de un triunfo de algunos candidatos de La Alianza PIP/MVC, particularmente en la gobernación y las alcaldías de San Juan y Caguas. Según el experto en análisis estadístico electoral, Manuel Álvarez, en San Juan el candidato del MVC, hoy candidato por La Alianza, Manuel Natal, ganó el voto presencial y perdió cuando se contabilizó el controversial “voto adelantado” de la “unidad 77”, donde abundaron alegaciones de fraude que nunca se investigaron. Álvarez también atribuye la derrota de Natal al voto de la tercera edad que “se aferró al PPD” y favoreció a su candidata Rossana López León, quien había sido procuradora de personas de edad avanzada (comunicación privada entre el autor y Manuel Álvarez). En Caguas el candidato de La Alianza Jason Domenech (PIP), va a la contienda en un contexto donde en 2020, antes de contabilizarse los votos de las “unidades especiales” el voto se dividía 27% para el PPD, 25% para PNP, 21% para el PIP y 19% para el MVC. El alcalde del PPD William Miranda Torres resultó electo pero el auge de los candidatos de La Alianza es claro.
Algunas conclusiones
En este primer cuarto del siglo veintiuno observamos un realineamiento dual, electoral primero y luego político. El comportamiento electoral ha variado creando una masa de electores flotantes que mueve su voto entre los partidos que se alternan en el gobierno, el PNP y el PPD. Se ha reducido la base electoral estable y predecible (el “corazón del rollo”) de los partidos de gobierno.
A partir de 2016, ese realineamiento electoral se convierte en un realineamiento político. Se agudiza la “batalla por el significado” de la acción política y se desplaza el estatus político del eje del debate político. Los nuevos temas del debate se centran en la mala gobernanza: corrupción, no rendición de cuentas, poca efectividad del gobierno para proveer servicios esenciales, impunidad legal de los corruptos, alta criminalidad y crisis de gobernabilidad.
Se polariza el debate entre “derecha” e “izquierda”, conservadores y progresistas. Se habla de una “amenaza comunista”, habiendo colapsado este sistema hace tres décadas. La “batalla cultural” liderada por la nueva derecha aglutinada en el PD, crea un discurso alterno sobre amenazas a la libertad religiosa y a la familia por el surgimiento y popularización de “ideologías de género” que abogan por la igualdad de género y la inclusividad hacia las minorías sexuales.
La tendencia al realineamiento electoral y a la contracción dramática y sostenida del voto por los partidos gobernantes, PNP y PPD, hace posible un triunfo para algunos candidatos de La Alianza PIP/MVC en alcaldías importantes y la gobernación. En tanto que en Puerto Rico triunfa quien más votos saque (“first past the post”), si se estima una participación electoral igual a la de 2020 (55%), deberían votar 1,059,874 de 1,927,044 votantes inscritos. Si el umbral de la victoria es 33% de los votos emitidos la elección podría ganarse con unos 350,000 votos, casi exactamente el número de votos que sumaron Alexandra Lúgaro y Juan Dalmau en 2020 (353,667).
Jorge Colberg Toro, miembro del PPD, publica una columna reciente en El Vocero que presenta un análisis más contundente y preciso de la posibilidad de triunfo de Juan Dalmau.
Asimismo, de las 1,364 unidades electorales que hay en Puerto Rico, en el voto mixto y de candidatura (eliminando de la ecuación el voto íntegro) Juan Dalmau se impuso en 760 unidades, mientras que Charlie Delgado ganó 473 unidades; Alexandra Lúgaro 63, Pedro Pierluisi 30 y César Vázquez 4 unidades.
Si bien estos son cálculos estadísticos, son el motivo subyacente de la campaña desenfrenada por asociar a La Alianza con el comunismo y los dictadores de izquierda Nicolás Maduro y Daniel Ortega, no con la izquierda democrática de Gustavo Petro, Gabriel Boric o Andrés Manuel López Obrador.
Claramente el bipartidismo cerrado del PNP y el PPD, así como la partidocracia que aliada a la plutocracia puertorriqueña llevaron el país al colapso, están amenazadas. El realineamiento electoral y político es una realidad contundente, de ahí la intensificación de las campañas de miedo. Si el control de la Comisión Estatal de Elecciones que da al partido de gobierno el Código Electoral de 2020 no se usa para perpetrar un fraude masivo con el voto adelantado, como lo hizo entonces, un cambio es posible. Como dijo René Marqués en su cuento “Tres hombres junto al río”: Mataréis al Dios del Miedo, sólo así seréis libre.
FIN
Emilio Pantojas García es sociólogo político, investigador docente del Instituto de Estudios del Caribe de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Autor de: De la plantación al resort: El Caribe en el siglo veintiuno. Edición Digital, Instituto de Estudios del Caribe / Alba Sud, agosto 2022. Edición impresa (Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2023); Crónicas del Colapso: Economía Política y Sociedad de Puerto Rico en el Siglo Veintiuno. Ediciones Callejón, 2014 (tercera edición ampliada, 2019). Development Strategies as Ideology: Puerto Rico’s Export-Led Industrialization Experience. Lynne Rienner / Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990. Fulbirght Scholar, 1987; Valedictor del Programa de Alta Gerencia (PAG 56) del INCAE Business School, 2006; Wilbur Marvin Visiting Scholar, David Rockefeller Center for Latin American Studies, Universidad de Harvard, 2010; Investigador Visitante en el Instituto para el Desarrollo y el Trabajo Digno, Universidad de Kassel, Alemania, 2014 y 2016. Ha dictado cursos sobre desarrollo económico como profesor visitante en la escuela John F. Kennedy de la Universidad de Harvard (2010), el Instituto Para el Desarrollo y el Trabajo Digno de la Universidad de Kassel, Alemania (2014, 2016), y en el programa de Maestría de Estudios del Caribe de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe y la Universidad de Cartagena (2006 y 2011).
emilio.pantojas@upr.edu – X@epantojasgarcia
Referencias Acevedo Gaud, L. (2024). El Proyecto Dignidad: La nueva derecha y la democracia colonial. Siglo 22. [https://sigloxx22.org/2024/01/28/el-proyecto-dignidad-la-nueva-derecha-y-la-democracia-colonial/] Acevedo Gaud, L. (2021). Un senado para la historia: Género, poder y elecciones 2020 en Puerto Rico. Cruce marzo. 16-28. [https://issuu.com/revistacruce/docs/asunto_1] Colberg Toro, J. (2024). Juan Dalmau ¿Gobernador? El Vocero, 30 de julio. [https://www.elvocero.com/opinion/juan-dalmau-gobernador/article_d7030ad8-4dd6-11ef-a494-a30a3ec76fa6.html] Lalo, Eduardo. (2020). El King Kong de su preferencia. El Nuevo Día, 15 de febrero. [https://www.elnuevodia.com/opinion/isla-en-su-tinta/el-king-kong-de-su-preferencia/] Pantojas García, E. (2024). Encrucijada 2024: El Plebiscito. YouTube [https://www.youtube.com/watch?v=_Q5dkZCPv-o] Pantojas García, E. (2019). Crónicas del colapso: Economía política y sociedad de Puerto Rico en el Siglo Veintiuno. San Juan, Ediciones Callejón. Pantojas García, E. (2015). Crisis y realineamiento político en Puerto Rico. 80grados, noviembre. [https://www.80grados.net/crisis-y-realineamiento-politico-en-puerto-rico/] Protestante Digital. (2010). En Puerto Rico cuatro de cada diez creyentes son protestantes. 9 de junio. [https://protestantedigital.com/internacional/24761/en-puerto-rico-cuatro-de-cada-diez-creyentes-son-protestantes] PPR (Partido Puertorriqueños por Puerto Rico. (2008). Reconstruyamos a Puerto Rico. Programa de Gobierno. (https://issuu.com/coleccionpuertorriquena/docs/2008_ppr_programa_de_gobierno) Torres Gotay, B. (2024). La amenaza del comunismo. El Nuevo Día. 18 de agosto. [https://www.elnuevodia.com/opinion/las-cosas-por-su-nombre/la-amenaza-del-comunismo/]
2 comments
Aún no lo he leído porque busqué el artículo a raíz de que el señor Pantoja lo comentó en su participación de esta noche martes en el programa televisivo de la cadena Telemundo “Los Rayos X” con la mantenedora Yolanda Vélez Arcelay.
Escrito arriba.