De cuando el relojero no alcanza a ajustar la certera maquinaria de la Historia
Hipermetropía ocurre cuando ves
de lejos, pero no de cerca.
Por ejemplo, ves lo que ocurre
en Cuba o en Venezuela,
pero no lo que pasa en tu propio país.
La globalización nuestra de cada día (Una página en el diario de un obrero de un país considerado tercermundista)
Todos los días agonizo
comprando en el mercado
el producto de mi explotación.
Otro Viernes Negro
Hoy es el día para comprar lo que no se necesita,
con el dinero que no se tiene,
para aparentar lo que no se es.
Sobre las columnas del tiempo, construimos el futuro
Agradece la gota
que desborda la copa.
Es la semilla del cambio.
Versión alterna de una Teoría de la relatividad
En tu cama: son las 6 a. m.
Cierras los ojos por 5 minutos
y son las 7:45 a. m.
En tu empleo: es la 1:30 p. m.
Cierras los ojos por 5 minutos
y es la 1:31 p. m.
Algo sin duda agita las orquídeas de decorosa idiosincrasia
En estos días pintados de sangre y espanto,
la luz del entendimiento me lleva a ser muy comedido.
Así que, lo mejor es que no sigamos vendiéndonos simulacros.
En estas Pascuas sólo puedo desearte
que encuentres los huevos que te hacen falta.
Crónica alemana (Tarjeta postal: Del confinamiento por la pandemia y otros demonios globalizados, 8)
Ensimismada.
De pie.
(Sabrá Dios
en qué desteñido paisaje
de antiguo esplendor
ha colgado sus cada vez
más escasas luces.)
Como si estuviera en un tren
y mirara por la ventana.
Sin todavía descubrir que el mismo
acaba de detenerse
una estación después de la suya.
Mi madre, ya no conversa más
con su Alzheimer.
Mi madre, otra vez niña.
Que los cumplas feliz
Regreso a casa rendido.
He tenido un día duro en el empleo.
Cuando casi me deshago como un castillo de arena,
mi hija es ese Power Ranger amarillo que me recibe en la puerta.
Su sonrisa resplandeciente borra la abulia de mis cansados pies.
Toma impulso y sus superpoderes la hacen emprender raudo vuelo
para darse un rico chapuzón entre mis brazos.
Me planta un beso de yogur fresa-guineo en la mejilla y me saluda
con su magnífico: “¡Papi, lee mucho para que te crezca la inteligencia!”
Es entonces cuando recuerdo que hoy es mi cumpleaños
y que no puedo recibir mejor regalo.
Vuelvo a ser feliz.
Disertación acerca de los efectos secundarios del matrimonio (Recado a Eduardo Casar en una hoja de plátano)
En mi caso, Eduardo,
lo más terrible del divorcio con mi exmujer
no es que se lleve mi colección de discos
de U2, Pink Floyd, David Bowie y los Police,
sino que me deje todos los de Marco Antonio Solís,
Pimpinela, Amanda Miguel, Ricardo Arjona,
los Tigres del Norte y la Banda El Recodo.
Y sucede que lo peor es que lo hace
por puritita mala leche o,
como sabrosamente dicen ustedes los mexicanos:
para chingarme.
Pues, además de conocer que el rock
me formateó el disco duro,
también ella sabe que detesto
africanamente esa horrorosa
música que dejó tras sí.
Edgardo Nieves-Mieles (1957) es el feliz culpable de 12 poemarios, entre éstos: El amor es una enfermedad del hígado (1993; 2013), y La esperanza es verde como el mugir de las vacas (2015). Compiló la antología Este juego de látigos sonrientes (Poesía puertorriqueña de fines de siglo XX y comienzos del XXI), (2015). Es autor de 4 relatarios. El más reciente, Ser joven otra vez como quien es invulnerable (2021). De sus industrias cerebrales también salieron la novela Los mejores placeres suelen ser verdes (2013) y el ensayo En el mall la vida es más sabrosa (2015). Como parte de su compromiso con la descentralización cultural, a partir de octubre de 2014 administra un kiosco de libros, McHondo, en San Sebastián. Desde 2006, junto a Herminia Alemañy-Valdez comanda las huestes de Espejitos de Papel Editores e Indómita Editores.
2 comments
Exquisito.
Gracias por su apreciación.
–Sigloxx22.org