POEMARIO – SIGLO 22 – Claudio Raúl Cruz Núñez

by siglo22
0 comment

Soy testigo de la luna y sus conejos.

Laboro con los ojos de ella,

pero sigo pensando en sus muslos de tabaco

y bugambilias.

Le miré el cielo de su cicatriz morada

y me sentí tan sucio, tan humano.

Tú eres mi salvación y mi tragedia.

Estoy condicionado a tus tetas de arcilla

y a tu sensibilidad de hembra y caramelos.

1.

Estoy cerrando el círculo del fuego.

Sin más armamento que un refugio de miedo y calambres.

Harto de respirar y no dormir,

desinfectándome con los engaños de las flores,

cavilando frente a las ruinas de mi insolencia.

Me busco, te busco

y la noche es tan perversa

que no permite crucificar mis dioses terrenales.

Le pido al señor de los espejos

que me haga partícipe de tus versos sin rima.

Y cuando digo que el alma es un tormento, un nido,

una sombra, una vulva morada, un pene sin oficio;

es porque hay como un destello audaz, pervertido,

sonámbulo y casi mudo.

Estoy acostumbrado al orden de la luz,

a las calamidades de la mosca en el cristal.

Me preguntan por tu nombre.

Necesito entender la oración

y los caracoles implicados.

Los calcetines que tengo son nuevos,

algo me aprieta en la orilla izquierda del talón de Aquiles.

Me sacudo como perro recién lloviznado

y miro el mundo por el ojal de mi camisa

de hombre de carretera y camisas manchadas.

Busco a Natalia Lafourcade y le digo:

Nati. Ni pa dios me dejes solo.

La joven me mira con deseos

de cosechar puñales y orquídeas sin nombre.

Es una cantante exquisita, pero el vulgo es de piedra de pedernal.

Natalia comienza a cantar.

El importante pone un disco de Maluma.

¡Ah……….. Maluma!,

hasta el nombre es un imperio de basura,

cosas de cárcel y biblias en el sobaco.

Me limpio los labios con la manga derecha de la camisa

y me acuerdo de mi amigo poeta.

Los vecinos ríen, la vecina más cercana

ríe con instintos carnales.

Ella es una pieza de lujuria sonreída y vociferante.

Está rica y poderosa.

Me gusta su risa,

honestamente, me excita.

Miro por la penúltima hoja de la ventana y la observo.

Es una canalla con instintos de conscupiscencia y animales de granja.

Agarro el gallito de algarrobo que tengo en el bolsillo

y lo aprieto.

El día está como caramelo pegajoso.

§

Nacido en Arecibo (1958)  Ha sido incluido en varias antologías de poesía como Malhablar, Albizu en dos tiempos, El límite volcado y Este juego de látigos sonrientes… En el 2011 publicó el poemario Los húmedos contornos de la fruta.

 

You may also like

Escribe un comentario